Capítulo 5: Historia
La Fabricación Aditiva
resulta ser bastante más antigua de lo que podríamos pensar.
“La Historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que
debía suceder”.
Aristóteles.
Para mucha gente la fabricación aditiva es algo muy moderno, y empezó a saber de ello a raíz de la popularización de la primera impresora de sobremesa que ya no era un kit de automontaje, la MakerBot Replicator 2 en 2012, en venta por tan solo 2.199 dólares. La portada de la revista Wired en Septiembre con Bre Pettis sosteniéndola y el título “This machine will change the world” se hizo muy popular. Para los algo más frikis, fue la aparición dentro del proyecto RepRap en 2008 de la primera impresora auto-replicante, que podía imprimir la mayoría de sus componentes y que desató la fiebre de los kits DIY (Do It Yourself) lo que les dio a conocer la existencia de la impresión 3D unos años antes.
Sin embargo, la historia es bastante más antigua. Generalmente se fecha su origen en 1984, cuando el ingeniero norteamericano Charles Hull inventa la estereolitografía (SLA), primera tecnología de fabricación aditiva basada en polímeros sensibles a la luz ultravioleta que sería posteriormente patentada en 1986, creando además la empresa 3D Systems.
Figura 45: Primera patente de la estereolitografía en 1986.
Fuente: https://patents.google.com/patent/US4575330A/en
No obstante, en 1981 Hideo Kodama, del Nagoya Municipal Industrial Research Institute publicó un primer sistema de prototipado rápido mediante polímeros.
En esta línea de tiempo se reflejan algunos de los acontecimientos más destacados desde entonces.
Cuatro son los principales motivos de la gran expansión de la fabricación aditiva en los últimos años:
· El vencimiento de algunas de las patentes de las principales tecnologías, que limitaba su uso a los propietarios de dichas patentes, y que ha permitido la proliferación de empresas especializadas.
· El desarrollo de múltiples materiales: resinas, compuestos cerámicos, metálicos, etc, que han permitido conseguir un producto final más adecuado a cada situación.
· La popularidad del movimiento “Maker”, que ha dado a conocer la impresión 3D en el mercado amateur, con las tecnologías más baratas de extrusión de materiales.
· Por último, el propio marketing de las empresas líderes del sector, tanto fabricantes de máquinas de impresión 3D como de intermediarios en la producción, que ha desarrollado el uso industrial y el personal.